El posicionamiento SEO, tal y como se entendía hace apenas dos años atrás, está muerto. ¿Por qué? Porque Google está aprendiendo a comprender la semántica de textos en cualquier idioma. Las palabras clave son semánticas ya no son contenedores estáticos de posicionamiento son significado.

A través del machine learning, de la inteligencia artificial, Google aproxima su buscador cada vez más a la realidad humana y ahí es donde se dirige el SEO semántico que nos muestra la necesidad visceral necesidad de Google de acercarse a la realidad humana.

Por ello debemos entender que el impacto de un buen marketing de contenidos en el posicionamiento web, es colosal, algo que no puede más que intensificarse con el paso del tiempo y el desarrollo tecnológico del buscador de buscadores.

Al finalizar la lectura de este artículo podrás comprender el inmenso valor que tiene el significado de las palabras y serás capaz de aplicarlo a tus contenidos para posicionar tu web en los primeros resultados de las SERPs.

¿Qué es la web semántica?

Vamos a comenzar por el principio. Según la RAE, la semántica alude al estudio del significado de las palabras y sus combinaciones.

Mucho se está hablando últimamente de la web semántica. En su estricto sentido, se trata de un conjunto de actividades realizadas por la World Wide Web Consortium, orientadas a la publicación de datos capaces de ser leídos por programas informáticos. Un ejemplo de ello son los metadatos semánticos y ontológicos.

El objetivo de la web semántica es mejorar Internet y la relación entre los sistemas informáticos, sin necesidad de que exista intervención humana. Tim Berners-Lee fue el primero que intentó incluir, sin éxito, información semántica en la Red de Redes.

A este tenor, Google está avanzando a pasos agigantados en la comprensión de la semántica. Actualmente es capaz de ofrecer, por ejemplo, resultados sobre “Lluis Llach”, cuando un usuario escriba “cantautor catalán”. Valiéndose de la ontología, el robot entiende que Lluis Llach es un cantautor catalán.

Qué es Hummingbird, el colibrí de Google

Todo comenzó con esta popular actualización que Google efectuó en el año 2013.

El nombre de Hummingbird, que significa “colibrí” en inglés, fue elegido por Google en referencia a la precisión y rapidez de esta preciosa ave, que es la misma con que la algoritmo ofrece sus resultados. Sin embargo, a diferencia de lo que podría pensarse, el algoritmo no se basa en la calidad de los resultados, sino en su capacidad para comprender cómo funciona el cerebro humano. Su finalidad es la de ser capaz de responder a las preguntas naturales de los usuarios.

Antes de la aparición de Hummingbird, Google solo comprendía palabras clave aisladas. Era necesario escribir: “comprar nevera barata” para que el robot entendiera. A partir de esta actualización el robot fue capaz de interpretar el lenguaje natural y de responder a preguntas tales como: ¿dónde puedo comprar una nevera barata?

A Hummingbird le sucedió RankBrain, en el año 2015. A partir del cual fue aprendiendo cómo se relacionan las palabras entre sí. Fue el nacimiento de la semántica y el lenguaje natural.

Palabras clave, sinónimos y variaciones

Cuando por fin aparece el Latent Semantic Indexing (LSI) ,Google ya es capaz de comprender la semántica de un texto en cientos de idiomas.

Por supuesto que el robot aún no es perfecto y ya lo dicen en su blog cuando Steven Baker menciona que: “sus algoritmos cometen errores” y cuenta que cuando los detectan, sus ingenieros “se estremecen”. También habla de su trabajo permanente para solucionarlos.

Por todo lo anterior, se deduce que Google ama los sinónimos. Un contenido de calidad, que aporte valor, que sea variado, creativo y original, es el que obtendrá los mejores resultados.

Consejo final

No repitas palabras, utilizar sinónimos y variaciones es actualmente más importante que nunca para aparecer bien posicionado en las SERPs. Son los sinónimos los que le dicen al buscador que, por ejemplo, cuando dices: “imágenes en movimiento”, te estás refiriendo al cine y no a una fotografía.

El valor que aportes con tus contenidos y el uso de lenguaje natural, sumado a su calidad semántica, te significarán la diferencia entre el éxito o el fracaso en tu estrategia de marketing.

Ya no hay que forzar el SEO, Google quiere contenidos naturales escritos para seres humanos ¿no te parece maravilloso.